lunes, 26 de enero de 2009

DIALOGO NACIONAL

Oponerse por oponerse, no está correcto; menos aún cuando el momento es delicado. El diálogo ha sido convocado en un momento especial, en que toda la humanidad está, en mayor o menor medida, a merced de una crisis de grandes proporciones durante un tiempo impredecible. ¡Qué bueno que se quiere dialogar!; mas como siempre hay un pero, el de ahora va acompañado de algunas preguntas para los convocados y los convocantes:
          1º-¿Quiénes representan a las mayorías?
          2º-¿Quiénes están dispuestos a sacrificarse?
          3º-¿Estará entre los temas el uso de la tierra?; ¿por parte de quiénes?
          4º-¿Bajará el costo de la canasta familiar?
          5º-¿Qué pasará con la corrupción?, y
          6º-¿Y qué de la Seguridad Social y sus millonarios resultados?
Obviamente que faltan muchas interrogantes más, pero vamos a dejarlas en seis. De nada habrá valido el diálogo, si las respuestas a esas seis preguntas no son las siguientes:
          1º-Las mayorías no tienen que estar representadas más que por el propio gobierno, elegido por dichas mayorías, lo cual le obliga a defenderlo. Ocurre que no deberían haber interlocutores, si las "fuerzas vivas de la nación" son las mismas mayorías. Pero como parece que no se ha entendido así, sigamos con el monólogo.
          2º-Como entonces ocurre que hay partes a las cuales convencer para que acepten propuestas, lógicamente esas partes tienen que ser las que más tienen qué perder, pero que históricamente nunca han cedido nada, ni tampoco han habido gobiernos que las obligue a ceder. Ceder, en este caso, es facilitar una mejor distribución de las riquezas que siempre han estado en sus manos, siendo ésta una tarea del Estado, con un verdadero criterio de justicia.
          3º-Como no sólo estamos ante una crisis puramente financiera, sino que se trata de una rara combinación de crisis, incluída la alimentaria, la producción de alimentos básicos, prioritariamente para el mercado local, pero planificado para producir excedentes exportables, es el momento adecuado para impulsar una Reforma Agraria auténtica, lo cual quiere decir, que el campo debe ser explotado por los campesinos, asistidos por el Estado para garantizar la productividad. Revisar minuciosamente la ley de monopolios, de manera que toda cantidad de tierra ociosa, sea destinada a la Reforma Agraria.
          4º-Pero mientras no de frutos la Reforma Agraria, la canasta familiar puede ajustarse a niveles aceptables, pues el control sobre el comercio debe funcionar. A pesar de las crisis y por causa de ellas, el precio del petróleo ha estado en picada, sin que se hayan producido bajas en los productos de consumo a los niveles razonables, mientras los ingresos familiares se mantienen nominalmente estáticos, reducidos considerablemente en la realidad o simplemente desaparecidos por la pérdida de empleos.
          5º-La corrupción sería el tema más espinoso si se llega a dilucidar. Debe comenzar por admitirse que tal flagelo es una dura e indignante realidad; que con solo solucionarlo, el ahorro sería considerable e influyente para amortiguar la crisis. Pero que no se les ocurra salir con una "capicúa", creando incentivos para evitar la corrupción, pues eso nunca ha funcionado. Para resolver tal problema, simplemente hay que aplicar la ley. El funcionario que no esté en disposición de colaborar con la solución, que renuncie al cargo y que sea investigado.
          6º-La Seguridad Social debe ser estatizada. Dicho así parece medida muy drástica; sin embargo, tal decisión hace bien al Estado, a los empresarios, a los trabajadores, a los médicos, a los farmacéuticos y a toda la población. Sólo tienen que ceder los que están disfrutando de los beneficios en la actualidad. Es beneficioso para los empresarios, dada la característica de sector lucrativo antes que nada. Una Seguridad estatizada, tendrá a su favor que, de esa gran porción de dinero que va a parar a manos de los administradores privados, se puede disponer tal vez hasta el 50% para:
          a)Reducir puntos porcentuales cada año a las aportaciones de los patronos,
          b)aumentar la cobertura de los servicios hospitalarios, de medicamentos y los honorarios médicos,
          c)destinar inversiones para la infraestructura hospitalaria pública e invertir en la capacitación de médicos y enfermeras. Para esto, es necesario modificar la ley, para que lo contemple de manera expresa, lo cual ayudará al presupuesto oficial de la Secretaría de Salud Pública, lo cual permitiría, a su vez, destinar partidas mayores a otras Secretarías.

Estamos hablando de afectar a un sólo sector que, por demás, es nuevo en el espectro económico y es una especie creada con características parasitaria, pues se nutre de los mismos aportes de los trabajadores y las empresas, a cambio de administrar sin mucho esfuerzo y sin inversiones propias; es simplemente lucrarse de gratis.

El PRD se opone por oponerse, si asiste y presenta estas seis soluciones, estaría atentando contra su propia organización, pues ¿qué tan diferente sería si hoy fuera el PRD gobernante y el PLD oposición?. Por otro lado, Agripino Núñez o la Iglesia Católica, ¿cuál papel juega entre las "fuerzas vivas de la Nación"?. Si se apoyara en su propia filosofía sobre las Cuatro Virtudes Cardinales (Prudencia, Templanza, Fortaleza y Justicia), el Diálogo Nacional garantizaría la Paz (gobernabilidad) y la Justicia (democracia). En tal caso, estaría Agripino representanto a las mayorías. Aunque, insisto, el Gobierno no tiene que dialogar; como representante de las mayorías, debe ser pragmático y actuar.

 
Romelio García
(809)556-3910 / 507-5410
La Romana, R. D.
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