jueves, 26 de febrero de 2009

SE DESMORONAN IDOLOS

1 - EL BEISBOL Y LOS PELOTEROS DE AYER

Tuve la oportunidad de ver surgir toda una generación de peloteros petromacorisanos, específicamente del Ingenio Consuelo, de donde soy oriundo. Vecino de Chico Conton, a quien recuerdo vagamente; cuando nací, la partera de mi madre fue la madre de Ricardo Carty; viví en el mismo barrio de Ceferino Foy, vi jugar en la liga amateur a Rafael Gómez (Tamote), cursé el cuarto grado de la primaria con Rafael Batista (El Gallo, Q.E.P.D.), crecí junto a Pepe Frías (Chori, para los consueleros), con una relación cercana entre su familia y la mía y jugué beisbol juvenil con Jaime Davis. Recuerdo a Ricardo Carty jugando amateur como catcher; Carty viajaba en carro público al Tetelo Vargas antes de escalar las Grandes Ligas. También en Consuelo conocí a Rafael Andújar (Q.E.P.D.). Pero también vi a muchos buenos prospectos fracasar en el intento de llegar al profesionalismo. Más tarde, cuando pasé a vivir a San Pedro, coincidí en el mismo barrio con Simón Pérez, Elvio Jiménez, Sijo Linares y Rodolfo Welch. En el Ingenio Santa Fe conocí a El Mulo Jiménez y en la ciudad traté a Santos Alcalá; conoci, sin tratarlos, a Jorge Bell, Rafaelín Ramírez, Arturo De Freites, Víctor Horacio Nazario, Joaquín Andújar; en el Ingenio Porvenir a Pedro Guerrero y, aquí en La Romana, a José Vidal Nicolás. Disfruté mucho las jocosidades de Bell Arias y la amistad del, hasta su muerte, coach de primera base de las Estrellas Orientales, Ramón Linares.

Quiere decir que puedo hablar con propiedad sobre la personalidad de cada uno de ellos. Todos (con la lamentable excepción de Pedro Guerrero, por prepotente e irrespetuoso, aunque estelarísimo), no sólo fueron buenos jugadores (unos estelares, otros no), sino además personas de mucha calidad moral y respetuosos de la fanaticada. De Pedro Guerrero me consta su altanería y prepotencia, a raíz de un conato de altercado durante un juego informal que se desarrollaba en el play del Barrio Kennedy de San Pedro. El tiempo daría la razón, no sólo a mí, me imagino. Para esos tiempos, el romanticismo estaba impregnado en la sangre de la fanaticada, mientras los jugadores se entregaban por completo. Los que tuvieron la oportunidad de jugar en Grandes Ligas cuando comenzó la danza de los millones, están hoy retirados con dignidad. Todos, ahora sin excepción, proceden de los hogares más humildes de sus comunidades.

2 - DINERO Y FAMA PARA DON NADIE

No estoy seguro de lo que voy a decir, pero creo que de todos los peloteros dominicanos, tal vez Chilote Llenas es el único que procede de familia acomodada; luego, todos los demás, hasta nuestros días, se han convertido en millonarios de la noche a la mañana. Algunos (los hermanos Alou, Manuel Mota, por poner dos ejemplos), son fverdaderos modelos, merecedores de las más altas distinciones. Pero ocurre que ahora, en este inseguro presente, el mercantilismo deportivo exacerbado hasta lo indecible, nos hace dudar de aquellos que nos emocionaron en años muy recientes y aún emocionan a muchos. Particularmente yo, tenía una simpatía fuera de serie por Samuel Sosa; admiro increíblemente a Manny Ramírez, cuyas visitas al plato las vivo intensamente y, lo diré: es del único que no dudo. También voy a admintir que, reconociento la calidad demostrada por Alex Rodríguez, no sé por qué nunca lo he tenido en un pedestal. Por eso no me impactó tanto su confesión, aunque fue lo que inspiró éstas líneas.

La fama, combinada con el dinero, en poder de personas que, de no ser por el beisbol, serían seguros "don nadie"; en una época de corrupción globalizada; con un nivel académico muy pobre y una crianza deficiente en la etapa en que se forman los valores, debido a la incapacidad de padres atormentados por la pobreza, es normal que los resultados sean desastrosos. Alex Rodríguez, el mejor pagado, quizás no hubiese sido un "don nadie", pero la competencia que se desarrolla en el medio, representa una tentación muy fuerte, pues significa colocarse al nivel de los que, por el uso de esteroides, están rompiendo records de marcas y dinero. Pero, como quiera, hay mucho de ambición desmedida y falta muy grave de ética, lo cual no importa mucho en estos tiempos, pues a esos niveles, basta un mea culpa.

Lo que es verdaderamente bochornoso, es el caso del salvaje Ambiorix Burgos. Pero si despreciables son todos sus desmanes, más aún es la impunidad que le beneficia, tanto aquí como allá. Se demuestra con tan desvergonzada actuación de las autoridades, que ya los privilegios no son para los que, además de dinero tienen sangre azul, sino que ahora simplemente basta tener dinero, mucho dinero y fama, aunque sea un ex "don nadie