sábado, 3 de diciembre de 2011

MI POBRE PAIS BURLADO -3-


Quien quiere mentir, engaña y el que quiere engañar, miente.
Mateo Alemán
Aquel fatídico 4 de julio de 1982 fue juramentado Jacobo Majluta, el vicepresidente, ante un país estupefacto que, a pesar de todo lo negativo que pudo tener el gobierno de don Antonio Guzmán, sintió profundamente la tragedia. Majluta completaría el período que expiraba el 16 de agosto, es decir, 43 días. No era mucho lo que se podía hacer y los dedicó al proceso de transmisión de mando, aunque momentáneamente tomó medidas para detener la tala de árboles para producir carbón vegetal, una medida que venía siendo reclamada a don Antonio Guzmán.

SEGUNDO GOBIERNO DEL PRD 1982-1986

Salvador Jorge Blanco asume el 16 de agosto de 1982, bajo grandes expectativas, dado que su campaña se basó en críticas muy severas al gobierno, principalmente a la corrupción administrativa. Prometió manos limpias y cortar las manos a los corruptos. Se declaró un constitucionalista consagrado y promovió el conocimiento del texto constitucional, poniendo a circular ejemplares en miniatura de la Ley de Leyes. Creó el Programa de Medicamentos Esenciales (PROMESE), se mantuvo el Consejo Nacional para la Niñez (CONANI), una creación de la ex primera dama, doña Renee Klang Vda. Guzmán, entre otras medidas iniciales que pueden calificarse de positivas.

Su gabinete, visto a vuelo de pájaro, inspiraba confianza, pues estaba compuesto por conocidos perredeístas y profesionales destacados, hasta entonces, intachables, como Luís Sheker Ortíz, José Rafael Abinader, Ivelisse Prats, Hatuey de Camps, Pedro Delgado Malagón, Emanuel Esquea Guerrero y, en el Banco Central, Bernardo Vega, a quien me referiré más adelante.  Pero algunos que se sumaron al movimiento que promovió su candidatura, dirigido por un personaje de nombre José Michelén, nombrado al frente del Instituto Nacional de Estabilización de Precios (INESPRE), y en la Lotería Nacional a Fulgencio Espinal, habrían de ser destacados corruptos. Ambas dependencias estatales, al igual que Aduanas, siempre fueron objetivos de los activistas políticos más ávidos de riqueza mal habida.

Como ya expliqué anteriormente, el PRD mostró su verdadera naturaleza y realmente, su lucha contra la corrupción balaguerista, no era más que una hipocresía pletórica de envidia. Con el paso del tiempo, se fue confirmando con creces. En éste período proliferaron los negocios oscuros. Aparecieron entidades financieras en todo el territorio, incluso captando ahorros, surgieron nuevos banqueros desconocidos hasta entonces como tales, con capacidad como para adquirir entidades emblemáticas como The Royal Bank of Canada, por José Ureña, convertido en Banco del Comercio y el Banco de Santander, por un vendedor de enciclopedias llamad Lenoel Almonte, convertido en Banco Universal. Ambos banqueros terminarían siendo estafadores de los ahorristas, con las consecuencias hoy conocidas.

El narcotráfico, activo desde la era balaguerista, pero limitado a ciertas esferas, tanto civiles como militares y policiales, comenzó a operar de manera más holgada bajo el gobierno de Salvador Jorge Blanco. Por primera vez se habló de la construcción de pistas de aterrizaje, como por primera vez se mencionó sin tapujos la participación del poder político en esa actividad. En tiempos de Balaguer, la icineración de la droga incautada, era pura simulación; el destino final era desconocido aunque no insospechable.

El endeudamiento externo y la atadura al FMI, aunque digo en la primera parte de éste trabajo, que fue el primer gobierno perredeísta el que acudió al FMI, realmente no lo fue, debido a que no se llegó a concretar. En el tramo final del gobierno, don Antonio Guzmán dió marcha atrás a una aprobación que, bajo presión de Bernardo Vega había decidido. Todo estaba preparado por Bernardo Vega, de manera que recayera la responsabilidad de la entrega de la soberaanía económica y financiera sobre el gobierno saliente. Al don Antonio dar marcha atrás, el nuevo gobierno se responsabilizó de lo que traería, no sólo más pobreza, sino también más sangre que reviviría el miedo que tanto hemos tratado de matar.

Los prestamistas internacionales exigían el aval del FMI para conceder préstamos, como una forma de protegerse ante cesaciones de pagos por parte de los gobiernos, lo cual ya había ocurrido en México, razón por la cual las odiosas siglas del organismo internacional se hizo presente en América Latina. El gobierno de Jorge Blanco, entonces, le abrió las puertas de par en par.  Trágicas consecuencias no tardaron en producirse. A cabo de un año y nueve meses de instalado ese gobierno, curiosamente en fecha tan emblemática como el 24 de Abril, pero del año 1984, se pusieron en ejecución las exigencias del FMI, al producirse alzas desmedidas de precios en los artículos de primera necesidad. Pero también se disparó la tasa del dólar, dejada por el gobierno anterior en 2.80 pesos por dólar, llegando a 3.35 pesos por dólar. El salario real disminuyó, los créditos bancarios no se concedían, se legalizaron las casas de cambio, al tiempo que crecían el narcotráfico y la corrupción administrativa.

Aquel día de abril, al terminar la Semana Santa, la población fue sorprendida con un alza desmedida de los precios. Un movimiento expontáneo de protestas fue reprimido con órdenes expresas de actuar con dureza; con tanta dureza, que murieron casi doscientos dominicanos, la mayoría con disparos muy precisos en la nuca, a manos del Ejército, pues la policía era insuficiente. Una poblada que no estaba dirigida por organizaciones políticas, le fue adjudicada al Partido de la Liberación ÇDominicana, a través de los principales personajes del gobierno; pero también del líder del PRD, José Francisco Peña Gómez, quien abiertamente apoyó la actuación de la fuerza pública. Sofocada así la protesta popular, el gobierno se vería obligado a revisar las medidas que condujeron a semejante situación. Seguían las frustraciones, los desengaños y la burla, así como ese afán de los gobiernos que surgieron después de Trujillo, de no ayudar a los dominicanos a matar el miedo, sino atemorizarlo cada vez más.

CONTINUARÁ...