lunes, 12 de diciembre de 2016

el lider autentico

Es preocupante la facilidad con que la perversidad política logra manipular a los ciudadanos, que se prestan al soborno cuando venden voto y conciencia, echando por tierra tanto sacrificio de patriotas mártires. Escribo para no  sentirme cómplice por omisión de tanta maldad. He sido llamado por mi propia conciencia a hacer mi humilde aporte a las conciencias de los demás y quiero hacerlo ayudando a comprender el concepto de LÍDER,  dado que no solo fallan los ciudadanos, sino también los líderes, por lo cual es imprescindible saber identificar el liderazgo auténticamente responsable.

     Hay quienes creen que ser líder es una decisión personal, como lo seria, por ejemplo, ser abogado, carpintero o cualquier otra cosa, lo cual no es tan solo un error, sino hasta una estupidez. Eso se comprende solamente cuando la verdad le da en la cara y el ridículo lo alecciona. En nuestro país abundan ridículos por doquier que, aprovechan ciertas habilidades de retórica así como acciones de proselitismo barato y sin sentido alguno, logran captar seguidores que hasta dan la vida por ellos, en una población llena de ignorancia y necesidades de toda índole.

     Un liderazgo auténtico se demuestra cuando, de manera natural y espontánea fluye la coherencia protegida  por la verdad. El zigzagueo crea suspicacia y la desconfianza aflora de inmediato. El carácter´de un líder debe ser bien definido, su discurso claro y directo, siempre con sentido pedagógico. Las enseñanzas de un líder deben ir dirigidas a la conciencia de la gente, de manera que se arraigue en ella y que el ejemplo, con respecto a la predica, sea el estimulo principal para la firmeza y la perseverancia. Pero para que un líder pueda lograr aglutinar, compactar y coordinar ideas y acciones con eficiencia y eficacia, él, particularmente él, debe reunir condiciones y capacidades excepcionales en materia de organización, orientación y autoridad; pero no una autoridad en sentido imperativo, sino en sentido del peso específico de gran previsor y estratega. Por lo tanto, un líder debe ser sagaz, actuar con firmeza, constancia, perseverancia, paciencia, audacia y coherencia.

Cuando un líder se consagra como tal, es porque ha alcanzado el punto de no retorno. Este punto se alcanzas cuando la confianza de la población lo compromete y ha pasado las pruebas mács difíciles que en toda lucha política se presentan; cuando ha sido consecuente con sus postulados y se maneja correctamente en las circunstancias y coyunturas especiales. Un liderazgo de clase media que sea consagrado por la población, esta obligado a luchar por la reinvindicacion de la clase baja, sacarla de la pobreza y propiciar un estado de bienestar colectivo basado en la equidad e igualdad de oportunidades. En América Latina, históricamente los grandes acontecimientos de corte popular los han protagonizado lideres de clase media, algunos de clase media alta y hasta de clase alta, desde Simón Bolívar, procedente de los mantuanos de Venezuela, equivalentes a los oligarcas de hoy, Carlos Manuel de Céspedes, José Martín y Fidel Castro, en Cuba, de clases media y alta, Haya de la Torre, en Perú, Gaitan en Colombia, Perón y el Che , en Argentina, Darte, Luperon, Juan Bosh y Caamaño, en nuestro país, Entre muchos otros, Fueron lideres consagrados  que estuvieron compelidos  a terminar sus vida en el camino  que lo comprometieron sus pueblos .

Es el líder que mejor  comprensión debe tener de la tres etapas  de toda lucha política , Para poder oriental  en este  sentido  y con la conciencia clara de que ninguna de las tres etapas  tiene fin aunque se pase de una a otra  en el momento indicado. Parece paradójico. Las tres etapas son costrucción del medio  u  Organización , toma del poder político  y transformación del estado de cosas.  Digo que ninguna de las tres etapas nunca concluyen, porque el proyecto político siempre necesitará de una organización cada vez más unida, cada vez más actualizada en función del momento histórico y cada vez más perfeccionada. Pero también la segunda etapa o toma del poder político, requerirá sostenerse con estabilidad y en vincuilaciòn indisoluble con la organización o partido, perfeccionando cada vez más la instiucionalidad del Estado y garantizando democracia plena, así como tener siempre la perpectiva de la situación geopolítica. Por último, la tercera etapa, que consiste en transformar y cambiar todo lo necesario, será tarea infinita como consecuencia de la propia dinámica social, económica, cultural y todo lo que tiene que ver con los retos que plantearán inevitablemente el medio ambiente, la biodiversidad, Etc. Todos estos retos siempre estarán presentes y un líder autentico deberá ser lo suficientemente visionario para tomarlos en cuenta.

No quiero concluir sin advertir, que hay algo tan común como normal en la historia de las luchas políticas: la traición. La traición a las causas nobles y a los más conspicuos líderes, ha sido más frecuente que los éxitos. Grandes líderes han sido victimas  de la traición ya por exceso de confianza, ya por no ser sagaces, perspicaces o por inexperiencia. Lo cierto es que en la mayoría de los casos, los traidores son del entorno mas cercano al líder. Por eso, todo líder debe tener en reserva una importante dosis de desconfianza, sin caer en la paranoia, evitar el hermetismo que lo aleja de las masa y no permite que obtenga informaciones o quejas de primera mano, sino mediante el anillo que lo rodea y puede distorsionar la verdad, si es que hay traidores afectados. Eso puede llevar al líder a hacer declaraciones erróneas, tomar decisiones desafortunadas y en la dirección que convenga a su entorno, lo cual es peligroso, si es que se hace en momentos de especial importancia para el país. El líder debe procurar entrar en contacto directo con las masa, activando mecanismos para asegurar su integridad física, consciente de que todo líder se expone a toda clase de riesgos. En resumen, UN LIDER NO SE IMPROVISA.
















miércoles, 7 de diciembre de 2016

LA CREDIBILIDAD EN LA POLITICA

La verdad, una vez dicha, debe ser sostenida por quien la dice. Si se retracta , ya por claudicacion o cobardía como quiera la verdad se mantendrá a sola, implacable imperturbable y contundente.

Vuelvo a esscribir en mi blog, a pesar de haber desistido de escribir sobre polìca. Pero son tantas las cosas nuevas que puedo escribir, que inicio una serie de artículos que culminarán con uno que explicará el verdadero motivo de mi decisión.

La credibilidad política

Los más caros valores humanos tienen sus fundamentos en la moral. Un mundo inmoral no es concebible, pero siempre estará presente la inmoralidad en alto grado en todas las actividades humanas, principal mente en una actividad tan noble cómo la política. Esto es especialmente lamentable, dado que la política es la ciencia y el arte por excelencia para el orden social indispensable para la convivencia de los seres humanos; no hay otra forma ni otra alternativa.

Cuándo  creemos que ha fallado  la política, es porque realmente han  fallado los políticos. Un político que falle no hace mella a la política; pero la recurrente falla de los políticos, no solo afecta la credibilidad de ellos, sino que se extiende a la política, dejando la sensación en los ciudadanos, que lo que no es creíble es ésta. Es el caso en nuestra sociedad dominicana, en donde no ha habido espacio holgado para la decencia y la moral, sino que, por el contrario, cuando estas asoman, son fulminadas por la perversidad encarnada en la mentira, la calumnia, la demagogia y todo tipo de diatriba que raya en la bajeza más vulgar.

Desde lo más profundo de nuestra historia, en nuestro pedazo de isa lo que más se ha producido es pobreza, material y espiritual. Pero no hay que irse tan lejos para describir nuestro presente, porque bastaría remontarse a 53 años, si los contamos a partir del derrocamiento del gobierno demócrata de 1963. La ambición de una oligarquía que había sido absorbida o, más bien, sustituida por el dictador Trujillo, logra el derrocamiento de Juan Bosch, pero a pesar del intento de restitución, con el apoyo extranjero, se entronizan en el poder iniciando así el proceso involutivo, altamente corrupto e inmoral que se encargaría de afectar, exprofeso, la credibilidad en la política hasta nuestro presente.

La calculada negación de los derechos inalienables a la población, causante del estado de descomposición moral, dificulta el surgimiento y la sostenibilidad de un proyecto serio capaz de dar al traste con los planes de total aniquilamiento de la moral y las esperanzas. Cada vez que se presenta un nuevo actor político, es recibido con escepticismo y éste tiene que emplearse a fondo para ganar credibilidad. Esto hace que se exponga, en medio de la poderosa embestida de los medio de comunicación copada por sectores empresariales, a la desesperación por hacerse viables que los lleva a, irremediablemente, caer en los mismos métodos y las mismas estrategias de aquellos a quienes enfrenta, descalificándolos de inmediato para presentarse como alternativas confiables.

Ni hay Pueblo para tantos partidos, ni partidos que representen cabalmente a tanto Pueblo. Pocos dominicanos han pertenecido a un solo partido y no hay partido que no haya sido desprendimiento de otro. Vivimos en permanente disyuntiva, en permanente acoso político y por eso tantas indecisiones, indiferencias, rechazos y, sobre todo, des confianza. Sigo creyendo en la política como ciencia noble y como arte hermoso, siempre que sus actores demuestren coherencia, firmeza, constancia, perseverancia y sanos sentimientos. Pero, quisiera saber en dónde están los que reunan esas condiciones. Una golondrina no hace verano. El concepto de unidad no puede aplicarse en donde falta la credibilidad. Hemos llegado a un punto tal de des confianza, que tienen que haber demostraciones reales que devuelvan la confianza, pero parece ser que hay que llegar primero para no vivir de simples promesas.