¿QUIENES DETERMINAN LO POSITIVO O LO NEGATIVO DE UN SER HUMANO?

     En las matemáticas la resta es de carácter negativo; sustrae del minuendo para reducirlo y se expresa antecedido por el signo negativo. Si esto lo aplicamos a la vida humana, podemos representar al minuendo como la expectativa de vida, tomando como referencia las estadísticas del país. Es costumbre nuestra celebrar jubilosos cada año cumplido como un año más de vida, cuando realmente se trata de un año menos, por cuanto se le está sustrayendo a las expectativas de vida  estimada; es decir, que los años vividos son el substraendo de la operación aritmética. Si se viven unos cuando años más allá de lo esperado, se produce , teóricamente, un superávit que también irá disminuyendo; pero si morimos antes, no se alcanza  la expectativa. Lo cierto es que nunca sumamos años, ni siquiera si logramos superávit; simplemente, se trata de un estimado

     En álgebra encontramos con que dos signos negativos resultan positivo al igual que dos signos positivos, lo cual, a simple vista y sin análisis alguno, parece paradójico. Si aplicamos esta ley matemática a la vida completa de una persona, nos encontramos con que no es exactamente así. Una vida positiva desde el nacimiento hasta la muerte, significa perfección en las actitudes y los sentimientos; simplemente no es posible. Una vida negativa en su totalidad, es decir, de signos negativos supuestos a arrojar resultados positivos, de acuerdo a la ley matemática, también es imposible. Queda entonces analizar la combinación del signo positivo con el negativo, que de acuerdo a las matemáticas, debe resultar en negativo.

     Cuando hablamos de matemáticas, estamos hablando de ciencia exacta, mientras que al hablar de sociedad o sociología, también hablamos de ciencia, pero inexacta. La sociedad humana la componen individuos de la misma especie independientes  en el pensamiento, los sentimientos y por lo tanto, en las actitudes. De manera que los conceptos positivo y negativo se supeditan a criterios tanto subjetivos como objetivos; es decir a percepción naturales de la razón, la lógica y los sanos sentimientos, por un lado; pero también a la conveniencia oportunista, intereses personales y todo tipo de sentimientos perversos, por el otro lado. El sentido común penetra  de manera natural al torrente  de pensamiento colectivo para valorar lo positivo y diferenciarlo inmediatamente de lo negativo pero después de la percepción primaria, la propia dinámica de la convivencia, abre las puertas a la perversidad.

    Dijimos que  signos positivo y negativo dan menos, según las matemáticas; mas la aplicación en la sociedad humana, las acciones positivas deben predominar sobre las acciones negativas para dar como resultado merecidos reconocimientos, ganar prestigio y entrar al difícil lugar que reserva la HISTORIA A LOS NOTABLES; las acciones de signo positivo opaca las de signo negativo; pero eso no quiere decir que tales resultados estén libres de subjetividad. Se crean falsos ídolos, hay falsos profetas, existen adulones que exaltan la personalidad de un líder por pura conveniencia.

     Es difícil llevar una vida íntegra en conglomerados sociales con una frágil base cultural y educativa, signada por una pobreza integral, es decir, pobre en todos los sentidos. En sociedades con esas características, los conceptos de positivo y negativo son muy susceptibles a la subjetividad. Entonces  ¿quiénes determinan lo que es una vida positiva o negativa?. De los grandes personajes históricos normalmente sabemos sus grandes hazañas; muy poco del resto de sus vidas. LA GRANDEZA DE beethoven no se pone en duda; en su vida privada se dice tenía fuerte temperamento. Napoleón comenzó bien, hasta que se convirtió en emperador Así sucesivamente, aparecen ejemplos por doquier. Hay quienes han determinado que la valoración de los personajes no se hace tomando en cuenta cómo comienzan, sino cómo terminan. ¿Hasta dónde es eso cierto?.