viernes, 8 de enero de 2021

SOÑANDO LO IMPOSIBLE

Soñando lo imposible

Quisiera ser tan optimista como para poder, algún día, comparar a mi país con los que hoy día gozan de un desarrollo, por lo menos, casi integral, porque para ser totalmente integral, tendría que ser perfecto. No hay un país perfecto, porque no hay sociedad perfecta y, por lo tanto, tampoco individuos perfectos. Por eso hablo de soñar y de pesimismo, toda vez que, al estudiar a mi país y a nuestro comportamiento social, es difícil ser optimista, por no ver la forma ni a mediano ni a largo plazo, un cambio evolutivo de nuestra cultura; por el contrario, cada vez la influencia de una cultura extraña está presente.

Eufemísticamente nos clasifican como país tercermundista o en vías de desarrollo, vía sin punto de llegada. Entonces, ¿habrá que conformarse con soñar?. Por lo menos yo lo haré por muchas razones, sobre todo porque estoy contra el reloj de mi tiempo. Así es que comienzo mi sueño, viendo un horizonte infinito en cuyo trayecto se van tomando medidas gubernamentales con plena independencia, sin tutelajes ni intervenciones e imposiciones depoderes, porque hay un gobierno presidido por gente responsable. Por eso nadie profana nuestros bosques, ríos, océanos ni la biodiversidad. Las autoridades respetan y se dan a respetar y no hay privilegiados ni prepotentes hijos de papi y mami arrogantes y revoltosos; no hay, tampoco, razones para protestar, porque hay suficiente equidad y justicia.

Hay plena libertad para ejercer deberes y derechos. Estamos en los primeros lugares de los índices en educación y salud; nuestra universidades compiten con las mejores del mundo y nuestros profesionales, por tanto, entre los mejor calificados. Nuestr gente es culta y amable; ya no hablan voceando ni insultando. El transporte es una bendición; los choferes ya no tienen bates de béisbol en sus vehículos ni insultan a los pasajeros. Los obreros y campesinos están a gusto, porque tiene buenos salarios y tierra para trabajarla, por lo que somos autosuficientes en la producción de alimentos.

Falta mucho aún por soñar; peros para finalizar y, antes que una imprudente pesadilla me despierte, añoro con pasión indescriptible, un país con muchos, muchos atracos; pero sólo de barcos atracando en nuestros puertos trayendo y llevando mercancías, excepto drogas y armas. También quiero con la misma pasión, que proliferen los robos; pero sólo de los peloteros robándose las base al descuido del pitcher. SOÑAR NO CUESTA NADA.

La Romana, R.D.
ENERO 8, 2021