miércoles, 7 de febrero de 2024

Las experiencias de ser ciego y vidente a la vez



Hay diferencias entre ver, mirar y observar: ver, es poder captar las imágenes o el panorama al alcance de nuestro campo visual; mirar, es fijar la vista en algo en especial al margen de las periferias y observar, es ver y mirar con concentración en detalles y especificaciones algo, con el propósito de analizarlo, estudiarlo, descifrarlo, comprenderlo y explicarlo. Gracias a las dos lumbreras que hacen las veces de cámaras, la información llega al cerebro que, repleto de neuronas, se encarga del proceso cognitivo. Se diría, entonces, que para Observar es indispensable ver y mirar; pero no es así, necesariamente, si nos lo proponemos. Afortunadamente, contamos con otros sentidos y con la imaginación.


Una persona con sus cinco sentidos debidamente habilitados, es considerada normal. Pero ¿qué pasa si se apagan los ojos?. ¿Se queda el cerebro sin información?. No del todo; le faltarán las imágenes con todos sus detalles; el resto estará a cargo, además de los cuatro sentidos restantes y la imaginación, de la voluntad y el interés personal por vivir siendo útiles, lo que nos haría sentir normales.


Son muchos los aparentes obstáculos que encontramos en nuestro camino, tanto los ciegos de nacimiento, como los que no. Y digo que son aparentes, porque en resumidas cuentas no son obstáculos insalvables; el salvarlos está en nuestras actitudes, voluntades y perseverancias. Por esta razón, he rebuscado en nuestro idioma términos adecuados para sustituir a la palabra discapacitada, cuado se  clasifica a una persona con alguna distorsión física notoria e importante y la encasillan como anormal. Prefiero llamarle  distorsión física o corporal.  


Discapacitada es, entiendo, una persona sin capacidad alguna. A veces generaliza, diciendo,  simplemente,  “personas discapacitadas”, aunque otras veces, las tipifican, que ya es más correcto, porque la persona, como tal, no pierde todas sus capacidades, sino el órgano o miembro afectado únicamente. En el caso de un ciego, los ojos han perdido la capacidad de ver, mirar, enfocar y transmitir las imágenes hacia el cerebro; pero la persona sigue en capacidad de buscar alternativas que le permitan alimentar de información al cerebro para su debido procesamiento.


De manera que lo más importante, es poder seguir pensando y, con el auxilio de los demás sentidos, identificando acertadamente los estímulos causados por ruido y sonidos rítmicos y armoniosos, temperatura, formas geométricas,, paladar y olfato y así poder ser videntes a la vez, si esta última palabra la aplicamos de manera sinónima, metafórica y en sentido figurado, cuando tenemos la capacidad imaginativa y creativa, importantes para desarrollar también  la clarividencia, la perspicacia, la sagacidad y previsión, entre otras virtudes que se pueden alcanzar mediante la meditación disciplinada y meticulosa..    

EL PAPEL DE LA FAMILIA Y LAS DEMÁS RELACIONES SOCIALES


No es posible nada de lo anterior dicho, si no hay motivaciones, porque la misma voluntad, que es elemento trascendental, necesita de un motivo. Si el propósito nuestro es ser útiles, es un propósito que debemos verlo más allá de nuestros egos, porque no basta con las satisfacciones primarias individuales, sino también las de aquellos que nos dan apoyo con desprendimiento, que es lo mismo sque ir ellos más allá de sus egos, POR PURA EMPATÍA .


pero ¿cuántos de nosotros tenemos el privilegio de tener familiares y amistades conscientes?. Aunque no se puede obviar la realidad lastimosa de familiares y particulares que maltratan y segregan a los más vulnerables. Sin embargo, también cabe preguntar: ¿cuántos de nosotros sabemos valorar el apoyo de los demás?. A mi en lo particular, me decepciona e indigna constatar en muchas personas con alguna vulnerabilidad en un rol de víctima, al punto de pretender vivir permanentemente de la caridad, a veces con irracionales exigencias que desmotivan al altruista de todo corazón, llevándolo al hastío y, consecuentemente, a la desmotivación. Conozco casos de personas que, con lenguaje del típico holgazán, desde su ESTRATÉGICO rincón de pedigüeño, dicen sin el menor rubor: “a mi nadie me hace trabajar”, por lo que se niegan a aprender un oficio o dedicarse a una terapia ocupacional.

 

Si bien es cierto que nuestro país subdesarrollado, nunca ha tenido una efectiva política de protección a ese vulnerable sector, existen departamentos oficiales e instituciones públicas y no gubernamentales que, de alguna manera, funcionan con cierta coordinación; es decir, no hay un abandono total. Lo que se necesita es la constancia necesaria para fortalecer la voluntad política, a fin de que se establezca una política efectiva y funcional, dirigida a la recuperación de la dignidad humana y al crecimiento o superación personal.


Para terminar, ya en tono más sentimental, me referiré a lo más doloroso que, por lo menos a mi me ocurre, es el impedimento de ver los rostros de los familiares, sobre todo los de mi familia nuclear, reducida a tan sólo cinco seres amados; pero también los de mis numerosos hermanos y sobrinos, que causaron tanto brillo de alegría a mis ojos. Sé que en catorce años, han habido cambios en ellos, pero siempre serán bellos rostros. Sin embargo, hay compensación para el dolor, porque siempre estará presente el más profundo y sincero amor en comunión familiar.